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Biden e inmigración: ¿qué esperar?

Desde la víspera de su toma de posesión, el presidente Joe Biden dio a conocer un audaz plan de inmigración.


En su primera semana en el cargo, Biden emitió seis órdenes ejecutivas relacionadas con la inmigración, rescindiendo la prohibición musulmana, restaurando el DACA, poniendo fin a la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México y erradicando los Protocolos de Protección al Migrante, en los que los inmigrantes que buscaban entrar en Estados Unidos tenían que esperar en México hasta que su caso de asilo fuera escuchado.



Imagen referencial - Capri23Auto / Pixabay


Biden también ha manifestado su apoyo a la ampliación de las empresas y a reducir el retraso en la tramitación de las tarjetas de residencia, conocidas como green cards.


Altas expectativas, después de años de temor. ¿Qué podemos esperar de manera realista?

Cambios positivos

Frank Sharry, fundador y director ejecutivo de America's Voice, considera que “Acabamos de pasar cuatro años de crueldad y caos. Hicieron del sistema de inmigración un desastre.


"Hay que deshacer la crueldad y detener el dolor. Tenemos que hacer las cosas mejor, pero también humanas, justas y funcionales”, dice.


Cree que lo mas difícil será apoyar la legislación transformadora que ayude; pero en esto se empezó a trabajar desde la primera semana de Biden, con seis órdenes ejecutivas y propuestas legislativas.


También se extendió el DED o salida diferida, que permite ganar tiempo mientras se encuentra una salida migratoria.


Apunta que, adicionalmente, hay que reducir las causas de la migración en Centroamérica.


"Muchos colegas dicen que hay que hablar con los republicanos, pero yo soy bastante escéptico. Pero Biden y Harris tienen un buen sentido de cómo crear una coalición entre progresistas y moderados" comenta el vocero.


La administración Obama también dudó sobre estos asuntos y evitó meterse en problemas; pero la placa tectónica bajo la migración ha cambiado bastante. Hay que dar crédito a los activistas por eso. También la opinión pública ahora es más favorable. “Lo que antes parecía radical, ahora suena a sentido común”.


Apunta que, con el nativismo, le salió el tiro por la culata a Trump. “Esto siempre fue usado por los republicanos, pero en esta oportunidad no resultó”.


John C. Yang, presidente y director ejecutivo de Asian Americans Advancing Justice – AAJC

Se refiere a la nueva Ley de Ciudadanía Estadounidense (U.S. Citizenship Act), afirmando que “La historia de los asíatico-americanos no es parte de la narrativa”.


Al momento actual, un 40% de los inmigrantes provienen de Asia. Se proyecta que para 2055 más de un 50% de los inmigrantes vendrán de ese continente. “Estamos muy emocionado por esta ley. Es una manera de buscar crear justicia racial y equidad”.


De esos 11 millones de indocumentados que se mencionan, 1.7 millones son asiáticos. Yang aporta: “Tenemos 120 mil elegibles para DACA, 15 mil provenientes de Nepal que califican para el TPS”.


Y suma a la ecuación un factor en el que poco se piensa: “La separación de familias no sucede solamente en la frontera, sino también debido a problemas legales en el proceso migratorio”.


El vocero advierte que hay familias que quedan estancadas perpetuamente en un estado temporal o niños que pierden su status al cumplir 21 años.


Resalta que la inmigración familiar es muy importante, ya que 70 por ciento de los inmigrantes cuentan con la posibilidad de migrar con su familia unificada. “Esto les permite avanzar y crear riqueza para el país. Aprenden inglés, crean negocios. Traen a otros familiares que también aportan al país. Simplemente vienen para acá para buscar una mejor vida para los suyos, pues creen que los valores estadounidenses son los mejores”.


De esta manera, para muchos se puede evitar la deportación si son auspiciados por miembros de la familia.


Entre otros beneficios del nuevo escenario, Yang también destaca que da camino para la igualdad LGBTQ+, “Si tomamos en cuenta que ellos son perseguidos en algunos países”.


También da protección a huérfanos y a veteranos filipinos que lucharon con Estados Unidos. “Esto moderniza nuestro sistema y crea muchas oportunidades”.


Para finalizar, asegura que “Todo esto hará más difícil que otro presidente en el futuro pueda establecer de nuevo estas prohibiciones”.

Casos especiales

Cyrus Mehta, un abogado de inmigración reconocido internacionalmente, cree que, para los inmigrantes con habilidades especiales, el marco legal actual no es adecuado. “El trámite podría tomar décadas y se basa en dónde nació la persona, debido a las cuotas de visas asignadas a cada país en los años 60. Primero afecta a los de La India, luego a los de China. Esto es discriminación basada en el origen nacional”.



Imagen referencial - StockSnap / Pixabay


Apunta que, en cuanto a las familias, también puede llevar una década unificar a hermanos. Igualmente le sucede a empleadores que soliciten residencia para un trabajador beneficiario de la visa HB1.


La administración Biden dice que va a agilizar estos retrasos. “Una de las maneras será no contar a los familiares de los beneficiados con estas visas de trabajo como beneficiarios de la misma. Esto aumentaría la cantidad de visas disponibles para esta categoría”.


Mehta relata que, cuando Trump limitó la entrada de trabajadores especializados por la pandemia, se quedaron afuera muchas personas que hubieran podido venir. También hubieran podido ingresar por peticiones familiares. Cuenta que, antes de irse, el expresidente extendió esta orden hasta el 31 de marzo. Pero va a ser rescindida por Biden.


También piensan mejorar las condiciones para los trabajadores de la mañana o los de bajos ingresos. “Parte del motivo por el que tenemos inmigrantes indocumentados es porque el sistema legal no es adecuado. Nadie quiere ser ilegal, pero hay imperfecciones en el sistema”, remata el abogado.

Patrice Lawrence es codirectora de UndocuBlack, organización que trabaja para los inmigrantes negros. Ella apunta que “Para obtener ciertos beneficios migratorios como la llamada visa de diversidad, los aspirantes deben tener pasaportes legales y vigentes y eso no siempre es posible; menos aún en estos tiempos de COVID-19”.


Detalla que un alto porcentaje de las visas del programa de diversidad benefician a ciudadanos de países africanos. Se reciben 11 millones de aplicaciones, de las cuales solamente 50 mil llegan a buen término.


También cree que debería considerarse un TPS para algunos países africanos, como Somalia o Sudán. El levantamiento de la prohibición hacia los musulmanes también beneficia a países como Nigeria, Sudán y Eritrea. Adicionalmente, trabajan en favor de beneficios migratorios para los haitianos.


Celebra que también se vaya a revisar la definición de criminal peligroso para efectos de deportación, “Porque esto siempre afecta a la gente negra”.

Carga pública y deportaciones

Marielena Hincapié, directora ejecutiva del National Immigration Law Center, es una migrante de Colombia. Hace cuatro años introdujeron una demanda contra la administración de Trump por la prohibición contra africanos y musulmanes. “La administración Biden ya se deshizo de esas órdenes ejecutivas, pero creo que tenemos que hacer más que eso”, comenta.


Recuerda que una coalición multiétnica ayudó a ganar a los demócratas y ahora ellos reconocen que tienen que hacer las cosas de manera diferente.


“Ya sabíamos que Trump iba a atacar a DACA. Cuando se anunció, mucha gente estaba lista para demandar. Esto creó inseguridad y ansiedad para gente joven que es beneficiaria”.


El nuevo presidente restaurará DACA, pero allí también cree que hay que ir más allá: “Se deben establecer vías para que los beneficiarios de DACA y TPS obtengan ciudadanía”.


También se está trabajando en el proceso de eliminación de la Ley de Carga Pública, la cual ha hecho presuponer que, si se pide algún tipo de asistencia, se les puede negar la residencia.


“Esto ha creado miedo entre los inmigrantes en cuanto a pedir ayuda, y eso es grave en el marco de una pandemia. No se le puede negar el acceso a la salud a gente que ya está aquí legalmente.”


Remata afirmando que se necesita una campaña de comunicación para que la gente vuelva a confiar.


Ravi Ragbir, cofundador de la Nueva Coalición Santuario, tiene una historia personal en sus luchas contra la deportación durante la administración Trump. Él mismo fue deportado en el 2006. “Aunque el sistema de inmigración es racista, soy muy optimista”, afirma.


Busca que se cambien las políticas de migración. “Aún con una administración que dice que se deben detener las deportaciones, tenemos una agencia bastante autónoma como lo es ICE y no se puede hacer mucho por detenerla”.


Opina que la meta era asustar tanto a la gente, que ellos mismos se fueran. “Cuando quitaron el TPS, los asiáticos y africanos comenzaron a irse porque temían ser deportados”.

Relata que lo llevaron detenido con esposas y querían hacerlo público, porque es una guerra psicológica. El mensaje era: “Él es un activista y lo podemos deportar, entonces qué queda para los demás”.


Aún no ha ganado su juicio, pero destaca que el mensaje es que sí se puede demandar. Están trabajando en el caso de un beneficiado por DACA que estuvo a punto de ser montado en un avión para ser deportado y sufre de trauma por la situación.


“Quienes estén siendo afectados por deportaciones, deben comunicarse con nosotros. No podemos luchar contra eso si no conocemos los casos”, concluye el activista.

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