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Biden y políticas migratorias: ¿dónde estamos?

En cuanto a política de inmigración, Joe Biden se presentó como el "Anti-Trump" Sin embargo, un aumento sin precedentes de cruces fronterizos después de que asumiera el cargo en tiempos de COVID-19, ha llevado a la administración a mantener algunas de las duras políticas del pasado, mientras intenta implementar cambios a largo plazo.


¿Dónde ha cumplido la administración y dónde ha fracasado en la creación de un sistema de inmigración más humano?



Pexels-Ketut Subiyanto


Muzaffar Chishti, investigador principal, director de la oficina del Instituto de Política Migratoria de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, dice que “Trump fue el único presidente en nuestra historia que llegó a la oficina utilizando la migración como entrada.


Y agrega que mantuvo su promesa: fue una administración muy agresiva contra los inmigrantes. Emitió 450 órdenes ejecutivas al respecto.


Durante su mandato, se hizo célebre la frase de Thomas Homan, director de U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE): “Cada persona no autorizada a estar en Estados Unidos debe siempre tener miedo y estar mirando sobre su hombro”.


En los primeros 6 meses de Biden, han sido emitidas 155 órdenes.


El académico, quien hizo un seguimiento de cientos de cambios en la política de inmigración durante la administración saliente, señala que “No quiero hacer la matemática, pero los números sugieren que ha ido al triple de velocidad de Trump. Muchas acciones han sido para echar atrás decisiones del gobierno pasado, otras son para tratar de mejorar las cosas en este tema”.


Chishti enumera que pausó la construcción del muro, revirtió la política de no permitir conteo de migrantes en el censo y tomó medidas para preservar data, entre otras.

“Al llegar, Biden nos dio un plan de lo que pensó iba a ser su huella, con la legalización de 11 millones de migrantes. Aseguró que sus prioridades al respecto iban a ser otras”, agrega.


Según sus cifras, 87% de los no autorizados no tienen que preocuparse por no regresar a casa. “Creo que es un cambio existencial en la vida de mucha gente”.


El número de arrestados y detenidos ha bajado. Las detenciones individuales se han reducido a la mitad. Las familias detenidas bajaron de una reclusión promedio de 60 días a una semana.


También menciona que “En la frontera hizo ciertos cambios como en el Título 42, creado para devolver a personas en la frontera en tiempos de COVID. Este no aplica a niños ni a familias. Terminó también con la práctica del llamado país de tránsito. Extendió el Estado Temporal Protegido o TPS a los venezolanos, aumentando el número de personas elegibles. Además, mejoró la protección a víctimas de violencia doméstica”.


Por otra parte, ha aumentado la tasa de refugiados y se prevé que, para el próximo año fiscal, esta suba a 125 mil. Sin embargo, también hay un récord en aumento de arrestos en frontera.


“Esto crea un problema político para el presidente, porque Trump aún está tras bambalinas. Esto se evidencia cuando el gobernador de Florida, Ron De Santis, culpa a la situación fronteriza por el aumento del COVID-19 en su estado”, reflexiona el vocero.


La pesadilla de la frontera


Nicole Ramos es directora del Proyecto de Derechos Fronterizos de Al Otro Lado, con sede en Tijuana, México. Ella trabaja con solicitantes de asilo que desean presentarse

a las autoridades de inmigración para solicitar asilo en Estados Unidos.


El proceso de estas personas va lentamente, porque se requiere que los abogados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE) abran los casos de estas personas individualmente, en lugar de hacerlo de manera colectiva. Esto hace que los afectados permanezcan en México por más tiempo.


Recuerda que estas políticas fronterizas son para ordenar los procesos, para evitar que los migrantes sean víctimas de trata de personas, de esclavitud sexual o de pandillas; pero lo cierto es que estos crímenes existen. “Las personas en la frontera están siendo raptadas. Se envían cientos de miles de dólares a México, de parte de residentes en Estados Unidos que intentan rescatar a sus familiares”, alerta la vocera.


También dice que se ha expulsado a niños ciudadanos americanos con pocos días de nacidos, antes de poder obtener un certificado de nacimiento estadounidense. “Incluso algunas de estas madres ni siquiera hablan español. Duermen en las calles en ciudades peligrosas”.


Según ella, ha habido un gran incremento de abusos sexuales a mujeres y niñas que son víctimas del tráfico de personas. “Son abusadas en sus refugios, en las calles, por sus empleadores”, lamenta.


“Pienso que las políticas de Biden han fallado en la frontera. Entiendo que fueron costumbres comenzadas con la administración Trump; pero debemos dejar de creer que el título 42 es una medida de salud pública. Además, se le entregan millones de dólares al crimen organizado, y esos fondos van a ir a financiar actividades criminales”.


Creo que la Patrulla Fronteriza va a estar en contra de cualquier cosa que signifique justicia o acceso para los inmigrantes. “Es la cultura de esa agencia”, concluye.



Alivio



Ava Benach es socia fundadora de Benach Collopy, un abogado de inmigración con sede en Washington D.C., que representa a clientes en procedimientos de expulsión y en los litigios ante los tribunales federales. Ha asumido un papel de liderazgo en la representación de los solicitantes de asilo transgénero.


Comenta que lo que pasa en la frontera es diferente al resto del país y es difícil. “Es parte de un legado recibido y eso hay que hablarlo. En la administración Biden hay desarrollos positivos que hay que aplaudir, porque nos devuelve al estado pre-Trump. Aquello igualmente era un desastre; pero eliminar lo que hizo Trump es parte de lo que hay que hacer”.


Cree que ha habido un desarrollo positivo, con resultados tangibles. “Es un beneficio psicológico para todos. Hay un sentimiento de alivio”, comenta.



Pexels - Edgar Colomba


Confirma que hay menos gente en procedimientos para ser expulsados. “Los números de detención han bajado desde febrero, de 60 mil personas detenidas al mes a 15 mil en la actualidad. Es mejor, pero no es donde quisiéramos estar”.


Benach detalla que hay dos maneras de lidiar con una orden de expulsión: una es deportar a la persona; la otra es dejar que sometan algún tipo de solicitud. La primera crea a un deportado, la segunda a un residente. Y explica: “Las dos cosas son buenas, en el sentido de que, de una manera o de otra, esa persona deja de ser indocumentada y bajar el número de indocumentados es la meta”.


Migración y Congreso


En sus primeros días, Biden envió un paquete de propuestas de ley al Congreso. “Me pareció la acción más audaz de presidente alguno en 50 años. Pero él no lo puede hacer solo”, afirma Muzaffar Chishti. Percibe que el legislativo debe actuar, pero está dividido. “Si los representantes no se ponen de acuerdo, no se va a avanzar”.


Explica que los congresistas republicanos condicionan su apoyo, piensan que la frontera está fuera de control. “Por eso es que esto no funciona y no va a funcionar mientras Trump esté metido en el tema. El gobernador de Texas es evidentemente el jefe de la oposición. Si no hay al menos 10 congresistas republicanos que lo apoyen, esto no va a salir adelante”.


Según las cifras que cita, a finales del siglo XX, menos del 40% de los estadounidenses creían que la migración era algo bueno. Hoy el número asciende al 60%. “Los demócratas favorecen la inmigración y los republicanos no. Si eres republicano y estás aspirando a un cargo, no puedes manifestarte a favor de la inmigración. Esto le trajo un problema al senador John McCain”, apunta.


“Sin embargo, los republicanos jóvenes tienden a favorecer la inmigración. Para mí es una buena noticia para el futuro”. Y finaliza: “Estamos terminando estos cuatro años de políticas migratorias frustrantes, debemos tener paciencia”.


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