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California: lecciones sobre voto latino


La elección de destitución del gobernador de California fue un evento electoral especial que comenzó a desarrollarse en agosto de este año y concluyó el 14 de septiembre. Los votantes optaron por no destituir al gobernador demócrata en funciones Gavin Newsom, elegido para el mandato de enero de 2019 a enero de 2023.




San Francisco, California. Foto referencial / Pexels



Las encuestas y los análisis posteriores a las elecciones muestran que la mayoría de los votantes de grupos étnicos en California rechazaron la destitución del funcionario.

¿Qué dice el análisis detallado sobre el voto latino, el mayor de los bloques étnicos en el estado?

Las sorpresas de los latinos

Sonja Díaz, directora fundadora de la Iniciativa Política Latina de la UCLA (Universidad de California, Loa Ángeles), afirma que los latinos votaron a tasas mayores de lo predicho.

En promedio, más de 70% de ellos votaron en contra de la destitución del gobernador.


“Una de las cosas que hemos entendido sobre los latinos, es que deciden cerca del día de la elección, aun si votan por correo. Por esto, todavía se puede tocar a sus puertas para hacer campaña durante la última semana”.


Y la vocera subraya que se movilizaron “no por las campañas en sí, sino por los organizadores comunitarios que tocaban puertas”.


Díaz apunta que los latinos van cambiando su relación con sus votos según la importancia de la elección. Y concluye: “La fidelidad al partido no es lo que va a movilizar a los votantes, sino los temas importantes: COVID, racismo, vivienda. Mucha gente no está entendiendo esto”.

Qué funciona, qué no funciona

Michael Gómez Daly, de Inland Empire united/Inland Empowerment, trabajó en un área 80% latina. Afirma que “La identidad partidaria no es una gran estrategia. El esfuerzo del gobernador Newsom con su mensaje anti-republicano no funcionó”.


Y remata que definitivamente, el argumento de que este fue un esfuerzo republicano para sacar a un gobernador demócrata, no caló.


“Cuando girábamos hacia identidad partidaria en la conversación, la gente perdía entusiasmo. Decidimos eliminarlo como tema”, revela.

Gómez explica que, al preguntarles cómo iban a votar, muchos respondían que estaban a favor de la destitución. “No entendían las consecuencias. La gente estaba votando en contra de sus propios intereses y valores, sin saberlo”.


Algunos indecisos pensaban decidir su voto basándose en la política del gobernador hacia el COVID, ya que mucha gente quería más protección por mandato.


“Les invitamos a pensar qué pasaría si eligieran otra cosa. Quizá si el COVID es tu problema principal, entonces deberías votar por el No”.


Y concluye: “Trabajamos con gente que estaba cansada de la política en general. Se trata más de entender del día a día de la gente. Quieren seguridad, comida en la mesa, protección para sus niños”.

Movilizando a latinos y asiáticos

Jonathan Paik, Director Ejecutivo de la Mesa de Compromiso Cívico del Condado de Orange, relata que esta entidad siempre se ha visto como conservadora. “Si bien las comunidades de color son aproximadamente 60% del condado, muchas personas de estas demografías tienen riesgos, como ser deportados”, comenta. Estos miedos podrían influir en el hecho de que prefieran no participar, no ser visibles.


“Parte de nuestra estrategia es movilizar a votos latinos y asiáticos. Estos esfuerzos de alcance en otros idiomas fueron fundamentales para nosotros. Tocamos a las puertas, hicimos llamadas telefónicas, colocamos avisos”.


“A comienzos de agosto nuestras comunidades estaban divididas, no sabían de qué se trataba esta elección o qué se estaba jugando aquí, independientemente de su posición política”.


Les explicaron lo que estaba en juego y fue un punto de cambio. Cómo se afectarían los alquileres, los salarios, cuál hubiera sido el cambio en la respuesta a la pandemia. Les dijeron que por eso tenían que participar.


Confirma que los votantes jóvenes fueron quienes menos participaron y que esto ha sido igual en los últimos 10 años. “Va a tomar años involucrarnos con estas generaciones para que participen”, lamenta.


Para el vocero, las cifras del reciente evento electoral californiano “Indican los resultados que vamos a tener en la próxima década”. Con ello determinarán dónde van a comenzar a trabajar. Van a seguir manejando similares estrategias a futuro.

Cambiar el enfoque

“Hemos estado observando por qué la gente no vota y llegamos a la conclusión de que hacemos un muy mal trabajo”. La frase pertenece a Raphe Sonenshein, Director Ejecutivo del Instituto Pat Brown de Asuntos Públicos de Cal State, en Los Ángeles.


Y agrega: “Los medios tratan a los grupos étnicos como si fueran un solo bloque y eso no es así”. Confiesa que a veces no hay manera cierta de saber qué hace la comunidad, por eso la información sobre ellos cambia a cada momento.


Además, la cobertura de las comunidades de color se maneja a nivel nacional, por lo cual se obtienen números que no reflejan las complejas realidades de colectividades como la latina o la asiática.


“Debemos saber que hacen líderes y votantes. Es un trabajo muy importante”, dice. “Involucrarnos en sus comportamientos y preferencias es el primer paso. Esto puede modificar las estrategias de los partidos políticos, que se hacen en la costa este del país”.


Sin embargo, apunta que por primera vez los demócratas nacionales se interesan en lo que lograron sus copartidarios de California. Considera que esto será un referente nacional para los eventos electorales venideros. “Tendremos una muy buena idea de lo que va a ocurrir en las elecciones del próximo año”.


Observa que hay que obtener mejores datos en las encuestas, hay que tener buenas muestras, acceder a los lugares donde vive la gente. “Así las comunidades se ven mucho más claras. No son tarjetas de un juego de baraja”, aconseja.


Según él, a veces se habla del “votante afroamericano típico”, pero una cosa como un votante típico no existe.


Para Sonenshein, la comunidad más estudiada a nivel de encuestas es la de los votantes blancos que no toman una decisión. “Son los perros que no ladran”, señala. Y agrega que “Me interesa saber por quién se vota, pero también quiero enterarme de quién no vota y por qué”.


Y aconseja: “No llegues a conclusiones antes de contar los votos, porque vas a tener que cambiar de opinión y pasarás una vergüenza”.

Votos que sí cuentan

En cuanto a otros grupos étnicos, Janette Robinson-Flint, de Mujeres Negras por el Bienestar, destaca el trabajo de educación a los votantes que su organización ha hecho en la comunidad.


Sin embargo, alerta: “Yo soy una super votante y nunca recibí información acerca de la destitución. Se estaban tomando nuestro voto como si lo merecieran”.


Pero dice que las políticas que están en el escritorio del gobernador son de gran importancia. “No podíamos darnos el lujo de no participar”.


Entre las acciones exitosas de campaña que desarrollaron, destaca: “Hemos estado haciendo activismo en lugares como salones de belleza. Muchos de quienes trabajan allí no tenían posición respecto a este asunto”.


Y aporta un dato de interés: muchos jóvenes afroamericanos sienten que su voto no cuenta. “Hay que hacerles entender la importancia del voto, no solamente del suyo, sino de las personas con quienes va a hablar”.


Finaliza afirmando que “Estamos en el proceso de que la gente entienda, pero no hemos llegado allí totalmente”.


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