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Cambio climático y COVID-19: la tormenta perfecta

Mientras la atención y los esfuerzos de casi todo el planeta se enfocan en la desconcertante y letal pandemia del COVID-19, los otros problemas que amenazan a la humanidad siguen avanzando aunque no les prestemos la misma atención que antes.


Foto referencial - Pexels (Denniz Futalan)

Un ejemplo de esto es el cambio climático, una de las mayores preocupaciones de los últimos tiempos, y que ha disminuido su presencia en los titulares periodísticos.

Sin embargo, aquí están de nuevo los incendios de California, con más potencia que el año anterior, para recordarnos que hay una urgente tarea por abordar y que no puede ser desatendida. Y esto es solamente un ejemplo de lo que estaría por venir.

Especialistas alertan que, junto al el cambio climático, la pandemia del coronavirus aún fuera de control, puede llegar a constituir una dupla altamente peligrosa para la humanidad.

California, un alerta

“Los incendios de este año han sido excepcionales, según los registros de California”. La afirmación pertenece al doctor Anthony LeRoy Westerling, quien es profesor de Gestión de Sistemas Complejos, en la Universidad de California en Merced.


Doctor Anthony LeRoy Westerling, cortesía

Con referencia a la creciente vulnerabilidad del estado ante la tragedia, que ahora es anual, dijo que estamos ante una amenaza para muchas comunidades, “Ya que no afectan solamente a quienes viven cerca, sino mucho más allá, por la polución del aire”.

Revela que se encuentran en la etapa temprana de la quinta evaluación, en las que simulan incendios en el estado mes a mes. “Se ha hecho seguimiento por 150 años, con los cambios por la construcción o por el crecimiento poblacional”.

La cuarta evaluación fue publicada en 2018, “Tuvimos 100 millones de mapas en todo el estado, como parte de ello”.

Alerta que “A mitad del siglo, dentro de 30 años, esto va a ser bastante común. Nos preocupa mucho el impacto económico, psicológico, en salud pública. Este no es el mundo en el cual queremos vivir, un mundo donde esto pase todo el tiempo”.

El profesor afirma que el cambio climático está incidiendo en la severidad y frecuencia de los fuegos. “No es una cosa que pase una vez y vuelva a la normalidad. Esto se va a incrementar por el resto de nuestras vidas, en el estado de California y en todo el planeta”.

Hace un llamado a enfocar el asunto desde varios puntos de vista. “Hay que detener el cambio climático, revertir el carbón de la atmósfera. Reducir el impacto de los fuegos. Pensar de manera más organizada en nuestras comunidades: ¿dónde se crean viviendas?” Y añade: “Hay que ver cómo se lidia con opciones de vivienda más seguras. Nos iría mucho mejor. Hay que comprometerse con la ciencia en el diseño de las políticas. Cada partido político debería escuchar a la ciencia para poder planificar”.

El fantasma de Katrina

El doctor Robert Bullard es un distinguido profesor de Planificación Urbana y Medio Ambiente Político en la Universidad del Sur de Texas. Es conocido como el "Padre de la Justicia Ambiental" y es autor de 18 libros, incluyendo "Raza, Lugar y Justicia ambiental después del huracán Katrina".



Doctor Robert Bullard, cortesía

Se define a sí mismo como “Un sociólogo que ha trabajado con intersección de ambiente y razas por 40 años”. Considera que la polución ambiental más el COVID-19 son un misil para la población vulnerable en su salud, así como para quienes son sensibles a los cambios en el ambiente.

Recuerda que “Las partículas en el aire o las áreas de calor aumentan la posibilidad de morir, si le agregamos el COVID-19 es peor”.

Para él hay que agregar el redlining, que ha definido dónde las poblaciones de color pueden o no comprar casas, algo que comenzó en los años 20 y 30. “Las personas discriminadas terminaban viviendo en lugares donde el calor era más alto. Fue por ello que el huracán Katrina afectó más a gente de color. El gobierno es más lento en responder a desastres en comunidades pobres”. Por si fuera poco, denuncia que las políticas de FEMA, sin quererlo, han creado un escalón adicional de espera. “Esto termina causando más problemas de salud”, comenta.

Entre los datos que aporta, afirma que “En 46 estados la gente de color vive con más polución que la gente blanca, en porcentajes que se elevan hasta un 30% Los afroamericanos tienen tres veces más probabilidades de morir de asma, dolencia que se sitúa  en 10% para niños de esa comunidad” Es lo que él llama “racismo climático”.

Agrega que “Si no hacemos nada, vamos a tener una pérdida del 6% en el PIB, enfocada en comunidades vulnerables. Eso se elevará hasta el 20% en el sur del país, debido a la mayor cantidad de regiones pobres que alberga”.

Para concluir, su recomendación es que “Los planes de acción climática deben tener en cuenta la equidad, así como la justicia racial y económica”.

Los más vulnerables del mundo

El doctor Rajendra Shende, es el presidente del Centro de Política TERRE y ex director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. En 2007, el Dr. Shende y un puñado de científicos que trabajaron con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático compartieron el Premio Nobel de la Paz con Al Gore.


Doctor Rajendra-Shende, cortesía

Según el especialista en este año 2020, que para él fue el más difícil de los últimos 140 años y el más abrupto en la historia de la humanidad, “no se supo administrar el conocimiento”. Y el sistema de salud no estuvo preparado.

La mayor ironía para él, es que “Este pequeño virus invisible atacó a países armados hasta los dientes”. Cree que nuestro futuro se ve muy oscuro e incluso lo compara con la desaparición de los dinosaurios. Cita “La Sexta Extinción” Y no lo ve tan lejano.

Los dos desastres que nos amenazan son, para él, la salud y el cambio climático. Shende teme otra pandemia.

Durante su exposición, mostró un video titulado “Climate 30”, con el cual advirtió que, si no se toman ciertas medidas urgentes, para el año 2030 enfrentaremos un desastre aún peor.

Entre las potenciales calamidades detalladas, mostró refugiados climáticos que abandonarían las costas para marchar tierra adentro, hospitales inundados, escasa disponibilidad de comida para distribuir o de agua para la higiene y el aseo.

Y subraya: “Para esto estamos dando un aviso. Para el COVID-19 no hubo un aviso y ahora ya sabemos que prepararnos es muy importante”.

“Hemos visto que en los desastres globales sufren más Asia y Africa. Quienes tienen más dinero pueden lidiar mejor, la desproporción el sufrimiento de la gente pobre en estas situaciones es enorme”.

Agrega que el coronavirus puede tener mutaciones que desconocemos, mientras se sigue extendiendo por el mundo.

Cree que todo esto se debe abordar con una agenda de responsabilidad compartida: “Las personas que consumen más y contaminan más, deberían pagar por aquellos que no consumieron y no crearon polución”.

Alerta que ahora hay que lidiar también con temas ligados a la salud. Espera que, aunque cada país tenga su forma de hacerlo,  esto se haga bajo el liderazgo de las Naciones Unidas y que los más necesitados tengan las vacunas y la asistencia necesaria, de la misma manera que los países con más recursos iban a ayudar a los menos favorecidos respecto al cambio climático.

Dice para concluir: "Nadie habla de tratar de encontrar soluciones unidos para una causa común, que es salvar a la humanidad del COVID-19. En esto está fallando incluso hasta la ONU, organismo que debería estar llamado a encabezar esta cruzada".

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