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Coronavirus: hay que hablar a comunidades vulnerables en Estados Unidos.

Actualizado: 14 jun 2020

Grupos de habla inglesa tampoco reciben adecuadamente los mensajes que pueden salvar sus vidas.




Foto: Pixabay


“Necesitamos más información en otros idiomas diferentes al inglés”. La afirmación fue hecha por David Chiu, quien representa en la Asamblea del estado de California al decimoséptimo distrito, al este de la ciudad de San Francisco.


Esto sucedió en el marco de la video-conferencia entre especialistas y periodistas convocada por Ethnic Media Services y Blue Shield el pasado viernes 17 de abril, con el objetivo de buscar maneras efectivas de ayudar a las comunidades más vulnerables de Estados Unidos a enfrentar la pandemia del nuevo coronavirus COVID-19.


Pero esta inquietud, compartida por varios de los voceros, va incluso más allá; debido a que grupos de habla inglesa tampoco reciben adecuadamente los mensajes que pueden salvar sus vidas, como consecuencia de la desconfianza que sienten hacia las autoridades.


Esta barrera en la comunicación también impide que muchos puedan acceder a la ayuda que necesitan y que está siendo suministrada por distintos niveles de la estructura gubernamental del país.


California y diversidad poblacional


Según el sitio web usapopulation.gob, California superó los 39 millones de habitantes y para este año debe alcanzar los 40. Es un estado característicamente diverso, con comunidades emblemáticamente numerosas, como un 37,2% de latinos o 13,1% de asiáticos, entre otras.

Chiu afirma que 42% de los hogares hablan idiomas distintos al inglés. Entre ellos, 28,46% hablan español, nuevamente según usapopulation.gob. La misma fuente señala el peso que las lenguas asiáticas tienen en la entidad.


El mismo día de la videoconferencia el gobernador de California, Gavin Newsom, anunció la creación de un grupo de trabajo para reabrir el estado, que tiene la mayor economía del país y la quinta más grande del mundo. Pero no dio ninguna fecha o plazo para la reapertura en medio de la pandemia.


Consultado sobre el tema, el legislador californiano confirmó que no hay nada definitivo sobre cuándo se puede abrir. Reiteró que por ahora las prioridades son aplanar la curva y mantener a las comunidades seguras.


Chiu agregó que van a hacer lo posible por estabilizar la situación, en particular para la economía local y los comercios pequeños, que, –afirmó– han sido muy golpeados.

Llamó al Congreso a apoyarlos, pero reconoció que “la necesidad es algo enorme”.


Adelantó que habrá un paquete de estímulo económico para el estado apenas la Asamblea californiana vuelva a sesionar, el cual tendrá en mente a comunidades diversas e inmigrantes, quienes según él han fundado muchos pequeños negocios.


El gobernador Newsom anunció 1 billón y medio para negocios de no ciudadanos; mientras David Chiu recordó que existen ayudas nunca antes vistas, como el seguro de desempleo por pandemia, que debe estar listo en 2 semanas y que cubrirá a sectores independientes y autoempleo. También hay un fondo para indocumentados y otro para no ciudadanos.


Sin embargo, la gran inquietud sigue siendo cómo se van a enterar quienes sean los beneficiarios de estos esfuerzos, pero no hablen inglés. “Estamos trabajando en eso”, aseguró el legislador.


Chiu llamó la atención sobre un problema adicional que afecta a la comunidad asiática: el racismo.


El Asian Pacific Policy & Planning Council inició el 19 de marzo un monitoreo de la discriminación de asiáticos en Estados Unidos por causa del coronavirus. La iniciativa se denominó “Stop AAPI Hate” (Detengan el odio contra los asiático-americanos y de las islas del Pacífico) y para el 3 de este mes de abril ya tenía reportes de 1.135 casos.


Nubes en el horizonte laboral


Hasta un 32,1% puede trepar el desempleo como consecuencia de la pandemia, según el Federal Reserve Bank of St. Louis. Eso se traduciría en 47 millones de desempleados. Hasta el momento de escribir estas líneas, se podían calcular en 22 millones los cesantes, si se toman como patrón las solicitudes de ayuda por desempleo llenadas en las últimas 4 semanas. La lista de quienes han perdido su trabajo se incrementa momento a momento.


Sin embargo, más de 60 millones de estadounidenses continúan trabajando; mientras otros muchos se mantienen en casa. Todos serán puntos focales de los nuevos estímulos que se discuten en el Congreso, según confirmó Ro Khanna, representante del decimoséptimo distrito de California.


Khanna apoyó a la senadora Elizabeth Warren en la introducción ante el Congreso de una Propuesta de Derechos para Trabajadores Esenciales, de cara a lo que él definió como “Muchas prioridades”.


En el encuentro virtual, Khanna se refirió a los “Trabajadores invisibles, como quienes trabajan en Amazon o con alimentos” y afirmó que “Necesitan ser tratados con el respeto que merecen”.


También se está trabajando en apoyo para gobiernos de ciudades y estados; así como en aasistencia para la renta, se está presionando para más pagos en efectivo que ayude en esta necesidad, los cuales estima que deberían estar en unos $ 2 mil al mes mientras se mantenga la situación.


La visión de un médico


Según relata el doctor Fung Nguyen, la situación desde su punto de vista es compleja, ya que mientra se avanza en unas regiones, se retrocede en otras. Mientras tanto, se afinan planes para reiniciar algunas actividades; pero el rompecabeza no parece completo aún.


El profesor de Medicina Interna de la Universidad de California en San Francisco y también director del Asian American Research Center on Health (Centro Asíatico Americano de investigación de Salud), relató que “Los números de decesos están bajando en Estados Unidos desde el 10 de abril”. También notificó que “Aparentemente se llegó al pico en Nueva York y eso es una buena noticia”.


Sin embargo, advirtió que “Es inquietante lo que está pasando en las residencias de personas mayores, con múltiples focos y altos números de fallecidos”.


En su intervención, puso la lupa en Dakota del Sur, estado que llegó a duplicar sus cifras en cinco días, lo cual atribuye a que la gobernadora se niega a emitir la orden de mantenerse en casa y cerrar las actividades públicas.


Por otro lado, participó que los gobernadores de la costa este y oeste están coordinados, incluso para rebrir cuando sea posible. Hay un grupo entre California, Washington y Oregon. Igual otro entre gobernadores de la costa noreste, que incluye a los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Connetticut, Pennsylvania, Delaware, Rhode Island y Massachussets.


Sin embargo, aclaró que no está completamente claro el criterio para reabrir. “La reapertura es un objetivo que se mueve, hay que seguir los números”, dijo.


Para él, lo más importante es que los estados deben estar listos para mantenerse haciendo pruebas de posibles casos, “Aunque no estoy seguro de que todos estén en la capacidad de hacerlo. Hay que mantener el seguimientos de con quién estuvieron en contacto los contagiados. Tienen que sostener números consistentes por 14 días, una pequeña baja no sirve”.


Otros grupos vulnerables


Virginia Hedrick, directora ejecutiva de California Consortium for Urban Indian Health, alertó que las comunidades nativas de EEUU son afectadas por tres veces más diabetes que el promedio nacional y hasta cuatro veces más en el caso de la influeza o flu, según el Centro de Control de Enfermedades (Center For Disease Control and Prevention, CDC).


Afirma que “Son increíblemente vulnerables, la data viene muy lenta y no está separada por razas”, por lo cual no disponen de estadísticas específicas en cuanto al COVID-19, pero le temen, dados los antecedentes de salud que poseen.


Hedrick aconseja que “Hay que alcanzarlos con mensajes, hay desconfianza hacia el sistema gubernamental por hechos como haber esterilizado a mujeres de su etnia sin participárselos”. Agrega que no confían en los llamados a resguardarse en casa. Sin embargo, complementa señalando que “Existen organizaciones que difunden información entre ellos de manera muy adecuada”.


Por su parte Genoveva Islas, vocera de la organización Cultiva la Salud, asegura que “Es una relación única la del Valle Central (California) con el sistema de alimentos”, los trabajadores de granjas del lugar cultivan el 1% de tierra del país; pero tienen a su cargo el 25% de la producción nacional.


Esta región provee la mitad de las frutas y vegetales producidos en el país en el 11% de la tierra de California, un territorio similar en dimensiones a República Dominicana y que alberga un elevado porcentaje de población hispana.


Hasta el momento de sus declaraciones, la tarde del viernes 17 de abril, la región superaba los 1.900 casos, con más de 600 fallecidos.


“Cualquier cosa que afecte nuestra capacidad de producir puede ser catastrófica. Son trabajadores esenciales, que necesitan protección esencial”. Agrega que el pago es desigual y no hay retiro, entre otras desventajas que ahora lucen más grandes.


Entre las situaciones que pueden ser positivas para el lugar en medio de esta crisis, relata que no hay mucho turismo ni vuelos internacionales, lo cual es es una ventaja. Sin embargo, tienen alto nivel de asma, por la mala calidad del aire y el COVID-19 es una enfermedad respiratoria. Presentan altos niveles de obesidad y diabetes, además de no haber suficiente acceso a cuidado médico.


“Es importante mitigar la infección aquí, no trabajar es no producir comida”, finalizó.


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