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COVID, vacuna y tercera dosis: qué sabemos

Ya se han administrado seis mil millones de dosis de las vacunas contra el COVID-19 en el mundo entero; pero se ha hecho con patrones tan dispares como 106 dosis por cada 100 personas en países de ingresos altos, contra 2 por 100 en países de ingresos bajos. En Estados Unidos ya hay 183 millones de personas totalmente vacunadas y se cuenta con hasta cinco dosis por habitante.


Mientras tanto, las vacunas impulsoras, también conocidas como terceras dosis, son uno de los temas más debatidos del momento.


El plan de la Casa Blanca para ampliar la elegibilidad contradice a los Centros de Control de Enfermedades, que ha defendido un enfoque escalonado, dando prioridad a las personas inmunodeprimidas y a los trabajadores de alto riesgo.



Pexels - Frank Meriño


La interrogante actual es: ¿se debe priorizar la tercera dosis en los ya vacunados o llegar hasta quienes aún no se han vacunado?


Los expertos en salud pública están divididos sobre quién debe recibir la tercera vacuna y cuándo. En la actualidad, sólo quienes han recibido las dos primeras vacunas de Pfizer pueden recibir la tercera. Las personas que recibieron la vacuna Moderna de dos dosis o la vacuna de una sola dosis de Johnson & Johnson aún no pueden recibir la tercera inyección.


“Aún no sabemos lo que es posible y lo que no lo es. Hay gente que dice que el COVID es endémico e imposible de erradicar. Pero la verdad es que eso no se ha definido”.


Así lo dice Ben Neuman, doctor, virólogo y jefe del Complejo de Investigación de Salud Global de la Universidad de Texas A&M.


Y agrega: “Pienso que debemos enfocarnos en exterminarlo”.


El experto cree que probablemente siempre va a matar a un porcentaje de la población.

“La tasa de fatalidad o número de gente que muere, respecto a la gente infectada, termina siendo un 2%. Una de cada 50 personas infectadas con COVID va a morir. Eso no va a cambiar para adaptarse a los humanos”, explica.


“Estamos usando el término ‘totalmente vacunado’ de manera incorrecta. No sabemos lo que significa. Existe una evidencia de inmunidad y hay diferentes niveles. Estoy más de acuerdo con la mentalidad de jugar ajedrez, adelantarnos a lo que puede suceder”, detalla.


Según Neuman, el COVID cambia y se reproduce de manera consistente. Y no hay evidencia de que esto cambie en el futuro. Agrega que hay muchas variantes, pero el 99% de las que están infectando a la gente son variante Delta, de la que hay unos 40 subtipos.

Pero señala que la efectividad de las vacunas contra esta variante es aproximadamente la misma, con una diferencia muy baja, de aproximadamente 5%. La protección también se reduce un poco, lo cual es normal.


En cuanto a la efectividad de la vacuna respecto a la edad, revela que varía un 5% a 10% en personas mayores de 65 años, una diferencia relativamente muy pequeña.

Refuerzo: ¿sí o no?

Respecto al beneficio de una vacuna de refuerzo, Neuman asegura que es amplio, sin importar la edad. La gente pasa a tener 5 a 10 veces más refuerzos de los que tenían en el momento más alto tras la segunda vacuna, según él. Los beneficios parecen ser universales, incluso en lo psicológico, como esperanza para tener una vida mejor y sin COVID.



Pexels - Thirdman


“Basándonos en eso, para mí es muy difícil entender por qué la FDA recomienda los refuerzos solamente para un grupo de edad y no para todos. Estamos tratando de ponernos en una posición en la cual la inmunidad de la vacuna sea lo suficientemente duradera”, razona.


Y refuerza: “Debemos forzar las vacunas y ver hasta dónde podemos aplastar al COVID. En el caso de la polio y la viruela se eliminaron virtualmente gracias a las vacunas”.


De acuerdo al científico, el COVID-19 muta a velocidad más rápida que la de la polio y mucho mayor que la viruela. “Han circulado por miles de años antes de tener las vacunas. El COVID tiene apenas 2 años. Debemos dar una respuesta más apropiada mientras tenemos tiempo”, concluye.


Para él, refuerzos universales de tres o incluso 4 dosis podrían ser beneficiosos para evitar que el virus se expanda tan rápidamente.


En el resto del planeta hay preocupación por obtener esas primeras y segundas dosis. “Hay que llegar a todos, es como acabar con un incendio. El gobierno estadounidense debe determinar quiénes tienen las responsabilidades y quiénes deben pagar por esas dosis. Si no acabamos con la enfermedad en todo el mundo, va a volver”.

COVID -19: ¿controlado o erradicado?

Para que un virus se pueda erradicar, deben darse varias condiciones específicas: que no existan reservorios animales, claras características patógenas, cortos períodos de infección, inmunidad de por vida y vacunas efectivas.


Así lo dice Monica Gandhi, quien es Profesora en la Escuela de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco.


“Todas las condiciones se cumplieron para la varicela, por lo cual se pudo erradicar.

La infección del COVID es similar a otras enfermedades; pero no sabemos si se pueda erradicar de por vida o se vaya a quedar, como las paperas”, detalla.


Gandhi explica que entre las vacunas autorizadas en el país y en el mundo, hay tres que se enfocan en el pico y otras con una forma inactiva del virus. Así la información genética reacciona y lucha.


“El sistema inmunológico levanta células T que luchan y se quedan en el músculo por mucho tiempo. La gente que sobrevivió al COVID aún tiene esas células”, agrega.


Si bien los anticuerpos decrecen con el tiempo, las células B mantienen la memoria y crearán anticuerpos, en caso de ser necesario. Esto es muy importante en las vacunas. Funciona así en la gente que haya recibido las dos dosis o que haya estado infectada.


“La variante Delta –que es la dominante en el mundo– tiene once mutaciones. La respuesta de inmunidad de células T muy probablemente funcione ante ellas”, relata optimista. Esperan que esto se demuestre en los próximos estudios.


Sin embargo, la especialista aclara que la efectividad de la vacuna depende de muchos factores, como las condiciones del paciente, el acceso a las vacunas en sí, factores demográficos y las variaciones del virus.


Pero recalca que “Eres 29,2 veces más propenso a ser hospitalizado si no estás vacunado, en estos tiempos de la variante Delta”.


Sobre quienes necesitan una tercera dosis de la vacuna, dice que deben tenerla personas inmunocomprometidas. En este caso se encuentran quienes han recibido tratamiento contra el cáncer, quienes han recibido trasplante de órganos, los pacientes de inmunodeficiencia primaria, pacientes avanzados o no tratados de VIH y quienes reciban medicamentos inmunosupresores, entre otros.


La doctora concluye diciendo que el coronavirus luce más susceptible a ser controlado que erradicado. Con ello, adquiriría la condición de enfermedad endémica.


“Por lo tanto, habría que pensar en dosis adicionales, que dependerán de cómo se desenvuelva la situación”, finaliza.

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