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La pandemia multiplica las estafas

Los estafadores prosperan con las catástrofes y las dificultades. Hoy en día, se aprovechan de las personas que luchan por hacer frente a la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias económicas. Apuntan a todas las edades y etnicidades, pero tienen en común el golpear a la gente económicamente más vulnerable.


En una sesión informativa, la Comisión Federal de Comercio (Federal Trade Comission, FTC) se unió a expertos legales de localidades, profesionales de las fuerzas del orden, organizaciones sin ánimo de lucro y a servicios comunitarios, para explorar el panorama del fraude al consumidor y cómo está afectando a las comunidades tribales, rurales, de bajos ingresos, inmigrantes y refugiados en Estados Unidos.



Imagen referencial / Vicky Gharat - Pixabay


Todos coinciden en que la información es un antídoto eficaz contra los fraudes que promueven curas falsas, sitios de pruebas inexistentes contra el virus, esquemas de enriquecimiento rápido, impostores de negocios y del gobierno, esquemas de enriquecimiento veloz, impostores empresariales y gubernamentales, falsas relaciones amorosas y mucho más.


Las estafas de los nuevos tiempos


Chuck Harwood, director de la Oficina Regional del Noroeste de la FTC, alerta que los miedos de los consumidores llamaron al apetito de los estafadores, para ofrecer productos y servicios supuestamente relacionados con el COVID-19.


“Hay más de 400 mil quejas de consumidores relacionadas con fraudes por los pagos de estímulo”, ejemplifica.


Pide recordar que los estafadores siguen los titulares de prensa. Por ello, se enfocan en robar con supuestas medicinas contra el coronavirus, venta de equipos protectores que no son adecuados o nunca llegan, ofreciendo anotarse en falsas pruebas destinadas a robar nuestra información personal u ofertar supuestos trabajos desde casa que requieren un pago por adelantado.


También prometen acceso privilegiado a las vacunas, e incluso recuperar dinero que los consumidores hayan perdido en otras estafas.


“Hay gente recibiendo encuestas vía correo electrónico o mensajes de texto, en las cuales se les pregunta su experiencia con las vacunas a cambio de recibir supuestos regalos, cuyos envíos debe pagar el destinatario con su tarjeta de crédito”. Están enfocados en hacer actuar contra ellos a los agentes de la ley; pero recuerda que no siempre se puede recuperar el dinero una vez que se ha desembolsado.


Por su parte Andrew Johnson, Jefe de Personal de la División de Educación de Consumidores y Empresas de la FTC, subraya que están trabajando para ir siempre adelantados y, que esa gente que perdió su trabajo y está pensando en qué gastar su último dólar, no caiga en engaños.




Suelen pedir efectivo, porque es difícil hacerle seguimiento. Lamentablemente, también es muy difícil de recuperar. También estafan por tarjetas de regalo o criptomonedas.


El sitio web de la FTC también advierte que la soledad y el aislamiento ocasionados por la vida virtual tienen consecuencias reales. “Esto puede explicar el motivo de la cifra récord de pérdidas con estafas de romance por $304 millones de dólares reportadas en 2020. Eso indica un alza de alrededor del 50% con respecto a 2019”.


Finales no tan felices


Chuck Munson, del Departamento de Justicia de Montana, Oficina de Protección del Consumidor, revela que, para el año 2017, el 48% de las denuncias de fraude son contra estafadores fantasma. Sobre ellos, el FTC no tiene en principio modo de actuar. “No son una compañía, no tienen una oficina o sede”, explica.


Para 2018, la cifra se elevó al 62,5% y bajó a 53% en 2019. Para 2020, ya en tiempos de la pandemia, reporta un notable aumento del robo de identidad.


Su departamento ha recibido unas 4 mil 650 llamadas en un año, reportando estafas de este tipo.


Refiere el caso de un veterano retirado, quien fue contactado por una supuesta lotería extranjera, que le prometía enormes ganancias; pero le requería enviar impuestos y tarifas por adelantado al sur de Asia, para entregarle el premio.


“Esta víctima remitió durante semanas parte del dinero ahorrado durante toda su vida, hasta completar un millón y medio de dólares”, revela el vocero.


Agrega que se dio cuenta de que lo estaban estafando cuando leyó en una revista sobre la manera de operar de estos delincuentes. “Los denunció, pero ya no pudimos recuperar su dinero”, lamenta Munson.


En otro caso, pudieron actuar a tiempo. Una viuda entró en una relación amorosa online que parecía ir viento en popa, incluso con planes de matrimonio. En algún momento, el pretendiente pidió a la dama una cantidad que supuestamente necesitaba para resolver algunos asuntos y luego se encontraría con ella para casarse.


Solicitó un monto tan alto como medio millón de dólares. “En este caso, fue el banco quien detectó lo sospechoso de la situación. Nos llamaron y pudimos evitar que la señora fuera despojada de su dinero. Ella quedó con el corazón roto”, relata el funcionario.


El perfil de las víctimas



Beth Hayes, Abogada de Servicios Legales de Montana, tipifica a los clientes que asiste, a través de este proyecto de protección al consumidor.


“Es gente que lucha para cubrir sus necesidades básicas, tienen problemas económicos. Son mayores o sobrevivientes de violencia doméstica. También pertenecen a etnias vulnerables”. Contra estos perfiles se ensañan los delincuentes. Y la pandemia amplió su vulnerabilidad.


La profesional detalla que son vulnerables por problemas de desempleo, vivienda o pagos de ches de estímulo. Y en el caso de Montana, donde labora, agrega que las condiciones rurales refuerzan el aislamiento y, por lo tanto, la vulnerabilidad. “Los clientes más vulnerables son el mejor objetivo”, apunta.


Recuerda que los estafadores no solamente buscan dinero, sino también extraer información personal. Los estafadores los abordan con supuestos romances, tarjetas de regalo (“gift cards”) o premios de concursos, entre otros métodos.


También señala que algunos fraudes no tienen que ver con la pandemia; pero fue esta la que abrió las puertas a más y mayores estafas.


Por su parte, el Better Business Bureau destaca que las estafas de estos tiempos tienen un gran componente emocional. Es lo que ellos denominan “La psicología de la estafa”, que se basa en el miedo y el aislamiento que han caracterizado la vida durante estos meses.


Y confirman que son las personas mayores quienes pierden más dinero, conjuntamente con las minorías.


Para información adicional, ponen a la orden su sitio de seguimiento de fraudes o “scam tracker” en bbb.org.


Recomendaciones de los expertos


Andrew Johnson recalca que el consumidor también se puede y debe educar, una acción que sirve para prevenir. Pone a la orden las noticias publicadas en el blog de la FTC, cuya información pide compartir.


Hardwood coincide en el aspecto preventivo, ya que, según su experiencia, el dinero ya desembolsado se puede recuperar en muy pocos casos; aunque ellos también trabajan en este sentido y en algunas oportunidades se han logrado reembolsos parciales o totales.


Adicionalmente, aconsejan detenerse antes de hacer cualquier pago sospechoso. Justo al momento de preparase para el desembolso, es la oportunidad de revisar la situación y decidir no hacerlo.


“También es muy importante reportar”, recalca Johnson.


Recuerda que el sitio ftc.gov está preparado para recibir estas denuncias y es amigable con el usuario. “Solamente el reportar nos permite trabajar con el mayor adelanto posible ante los estafadores y entender sus tácticas”, explica.


Y agrega: “Quien sea víctima de un engaño, debe reportarlo inmediatamente al FTC y a sus autoridades locales; así como a cualquier otro involucrado, por ejemplo, a la tarjeta de crédito, si se usó una”.



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