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Pequeños negocios y pandemia: ¿hay esperanzas?

Todos lo hemos visto en nuestras comunidades: la cuarentena y el distanciamiento social, necesarios para enfrentar la pandemia de COVID-19, fueron letales para los pequeños negocios.

De acuerdo a cifras suministradas por Ethnic Media Services, solo el 12 % de las empresas pertenecientes a afroamericanos y latinos y el 25 % de las empresas asiático-americanas recibieron préstamos del Fondo de Estímulo Federal, creado para enfrentar esta crisis. Y agregan un dato aún más preocupante: en general, el 90 % de las empresas minoritarias y las mujeres que fundaron negocios fueron excluidas del Programa de Protección de Cheques.

Otras cifras inquietantes: más de 100 mil pequeñas empresas han tenido que cerrar sus puertas permanentemente, según un estudio publicado en abril por la Oficina Nacional de Investigación Económica. De los negocios encuestados, el 43% han cerrado temporalmente y los propietarios han despedido al 40% de su personal.

Por si fuera poco, seis de cada 10 pequeñas empresas cerrarían antes del Día del Trabajo si el ambiente actual continúa, según informa la Federación Nacional de Empresas Independientes. En California, por ejemplo, el 95% de las empresas están clasificadas como pequeñas empresas.

Por ello, EMS invitó a Te lo Cuento News a una videoconferencia con un panel de expertos que pudieran ofrecer un contexto de lo que ha sucedido y de cuáles pueden ser las soluciones para estos negocios especialmente vulnerables.

Enfrentando las dificultades

Charles Phillips, Director Clase A del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, destacado filántropo y hombre de negocios, resaltó que las empresas más pequeñas no sabían que el Paycheck Protection Program existía o no conocían cómo aplicar a los beneficios que podían solicitar, ya que el proceso para hacerlo es complicado por los recaudos requeridos y el dinero tardaba muchos días en fluir.



Charles Phillips - Foto: cortesía Ethnic Media Services


Además, hay quienes tienen limitaciones con el idioma, al no hablar inglés. Por eso recomienda tener cuidado con casos reportados de brokers que se ofrecen a hacer la transacción y luego se quedan con los fondos.

Recordó que los programas para empresas pequeñas y grandes son diferentes. Es una realidad que el 52% empleados trabajan para empresas grandes y el resto para las pequeñas; por lo tanto, hay que trabajar con ambos grupos. Por ejemplo, JP Morgan y Bank of America están dirigidos a apoyar empresas pequeñas. Son específicos para ellas. Pero su capital es limitado.

“La mayor parte de los recursos de ayuda fueron a bancos más grandes por la intermediación de robots, por lo cual las empresas más pequeñas terminaron por no contar con esos fondos, ya que no tienen relación con esas entidades”, reveló el especialista.

Explicó que el 90% de las empresas propiedad de afroamericanos tienen estructuras operativas tan diminutas que ni siquiera califican en los parámetros para este tipo de asistencia. Si por ejemplo hablamos de una barbería en la cual el propietario renta las sillas a otros barberos y no maneja una nómina, no tiene cómo aplicar a estas ayudas, ya que están enfocadas en un 75% a mantener nómina y este pequeño empresario no tiene.

Sin embargo, puede cargar con otros gastos como seguro, renta e inventario, a los cuales apenas puede destinar un 25% de los recursos obtenidos. Esta falta de flexibilidad trancó el juego para muchos. Tampoco hubo claridad sobre la posibilidad de perdón a los préstamos.

El experto considera que la segunda vuelta resultará mejor. Hay mejores posibilidades de que las empresas pequeñas obtengan fondos. Phillips apunta que los montos a prestar han bajado de $ 260 mil a $ 115 mil, lo cual indica que estarán dirigidos a bancos y empresas más pequeñas. También se han hecho progresos en el sistema.

Para finalizar, reconoció que “Estamos preocupados por lo que pasa, necesitamos otro estímulo”. Alerta que el anterior no fue suficiente. “Lo bueno es que muchos lo reconocen en la cámara baja”. Y finaliza afirmando que “Un segundo estímulo sería clave para la supervivencia de los pequeños negocios”.

Optimismo legislativo

El representante demócrata Ted Lieu, del distrito 33 de Los Angeles, recordó que el Congreso aprobó cuatro leyes bipartidistas en poco tiempo.



Ted Lieu - Foto: cortesía Ethnic Media Services


Se refiere a la primera, que buscaba una cura para el nuevo coronavirus a través de vacunas o tratamientos; la segunda, que cubrió reposos pagados, créditos de impuestos, pruebas gratuitas de COVID-19, asistencia de comida y desempleo. La tercera fue la conocida como “CARES Act”, dirigida a hospitales, cuidado de emergencia, comida, pruebas gratuitas, cheques de estímulo, desempleo y gobiernos regionales y locales.

La cuarta proveyó de más dinero para cheques, hospitales y pruebas gratuitas de coronavirus.

El legislador considera que estas leyes fueron“Importantes pero no suficientes, debido a que la escala de esta pandemia es mucho mayor”.

Por eso se pasó adicionalmente en la cámara baja la llamada “Heroes Act”, con fondos para quienes trabajan en primera línea, maestros, enfermeros, hospitales, distritos escolares y gobiernos regionales y locales.

Sobre su visión de cómo se va a salir de la situación provocada por la pandemia, comentó que “Necesitamos vacuna o terapia de drogas, pero eso va a llevar un tiempo”. Frente a esta certeza, la alternativa que Lieu ve sería mantener el cierre por un año, –lo cual considera insostenible– o abrir bajo medidas de seguridad como pruebas, seguimiento y aislamiento.

Sin embargo aclara que, a su criterio, esto puede no funcionar, ya que el comportamiento ante el virus no está uniformemente distribuido en el país. Por ejemplo, se puede tener Wyoming cerrado menos tiempo que Nueva York, ya que tiene menos casos.

Desde su punto de vista, incluso si los gobiernos de todo Estados Unidos levantaran las órdenes de quedarse en casa, la economía no reaccionaría rápidamente, ya que "La gente simplemente no va a participar en muchas actividades que antes realizaba porque quiere protegerse a sí misma y a sus familias. Eso va a mantener nuestra economía lenta hasta que haya una terapia de drogas o una vacuna".

Recordó que “el nuevo normal” va a ser el uso de la máscara facial en público, la distancia social y el lavado frecuente de manos. Y aprovechó para cuestionar las apariciones del presidente Donald Trump sin la mascarilla: “El presidente no debería estar confundiendo a los estadounidenses”.

Consultado sobre qué razones tienen para la esperanza los negocios pequeños de comunidades diversas, aseguró que está “consciente de asunto”. Recordó que sus padres eran propietarios de un pequeño negocio, por lo que entiende muy bien la situación.

"No teníamos ni idea de lo que era una cámara de comercio. No teníamos ni idea de lo que realmente estaba pasando en la mayor parte del gobierno. Sólo tratábamos de sobrevivir y de vender regalos y asegurarnos de que teníamos dinero para hacer la nómina", dijo.

Finalizó afirmando que “Tenemos gente en el Congreso dispuestos a ayudar”.

Las mujeres: fortalezas y debilidades

Shelly Collins Kapoor, socio general de Shatter Fund y miembro de California Governor Gavin Newsom’s Entrepreneurship Task Force, habló desde su experiencia ayudando a mujeres a emprender negocios.

Relata que cuando el COVID-19 golpeó a Estados Unidos, lo primero que hicieron fue llamar a su portafolio de compañías manejadas por mujeres y preguntar cómo podían ayudar durante y después de la crisis.

Recuerda que hoy las damas están en la primera línea suministrando máscaras, son doctoras y enfermeras. “La historia de este país es de mujeres que se arremangan en las crisis, pero luego son dejadas atrás. Qué podemos hacer para que ahora sea diferente?” se pregunta.

Para dar una idea, asegura que las mujeres obtienen en tiempos normales y con una buena economía, un acceso de apenas 2% al capital de inversión. “Pueden imaginar lo que va a pasar en una era post COVID”, dijo.

Pero las manos femeninas tienen mucho poder en otras aristas. La vocera señaló que en Estados unidos, las mujeres controlan el 85% de las decisiones de compra en el hogar. 12.3 millones de firmas en el país pertenecen a mujeres.

“Si continúan escalando, tenemos el potencial de aumentar el Producto Interno Bruto del país en 500 mil millónes de dólares”, alienta la vocera.

Collins Kapoor afirma que en Estados Unidos no puede ser viable una economía que no incluya empresas propiedad de fundadores diversos, especialmente de las comunidades minoritarias y muy especialmente entre las mujeres. Considera que, sin este requisito, no podremos tener una recuperación económica completa.

Un caso de cerca

Sumita Batra, CEO de Ziba Beauty, contó su caso como emprendedora afectada por la crisis del COVID-19. Proveniente de India y con una negocio familiar levantado a través de 33 años de trabajo, habían dado con una manera original y creativa de delinear las cejas con fines cosméticos.

Tenían cien empleados en sus 14 locales a lo largo del estado de California. Su vida era de una manera el 11 de marzo y para el 13, había dado un giro de 180 grados. Todo se tornó irreconocible en apenas tres días.

Estaban preparados para hacer la gran apertura de su estudio número 14 y tuvieron que suspenderla. Los empleados fueron enviados a casa. Pero los cambios radicales no pararon allí. “Debí cerrar todos mis locales y prescindir de todos mis trabajadores, para que pudieran cobrar el beneficio del desempleo. Acababa de pagar la renta, que es una gran cantidad de dinero; además de la nómina de empleados y los préstamos. Jamás olvidaré la fecha: era el cumpleaños de mi hija”, relató.

“No puedo trabajar sin tocar a mis clientes”, agrega.

Antes de cerrar hizo otro pago de nómina a su equipo, así como de vacaciones, ya que evidentemente necesitaban de dinero. Esto lo hizo Batra con sus ahorros personales.

Señala que fue como perder a un familiar.

Pero su relato de lo que vivió en estos días también es un inspirador ejemplo de reinvención: “Tras una semana de sentir lástima por mí misma, comecé a ver las fotos de los estantes vacíos de desinfectante de manos o papel sanitario y decidí hacer algo con las reservas de ese tipo de mercancía que conservaba”. Eso le permitió hacer algo para salvar a sus empresas y a la vez ayudar a sus clientes, a quienes contactó y ofreció la mercancía y el servicio.

No sabía hacer comercio electrónico, pero montó rápidamente un equipo que ahora está a cargo. Obtuvo los fondos del Paycheck Protection Program gracias a que consultó a todos sus contactos hasta que encontró las vías para logralo. “Sin embargo mis acreedores quieren su dinero, las cuentas se siguieron acumulando los días que no trabajé”.

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