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Sanando a la sociedad post-pandemia

Alrededor del 46% de todos los estadounidenses ya han recibido al menos una vacuna contra el coronavirus, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.


Pero incluso si los Estados Unidos alcanzan la esquiva "inmunidad de rebaño" –que no es un hecho debido a la resistencia a las vacunas-, muchas comunidades se enfrentan a crisis exacerbadas por la pandemia.


Carencias de salud y educación, falta de viviendas asequibles, racismo, abusos policiales y pérdida de empleos, son algunas de las calamidades que han escalado debido al COVID-19.



Foto referencial - August de Richelieu / Pexels


Los datos muestran que el COVID-19 afecta de forma desproporcionada a las comunidades negras y afroamericanas en términos de gravedad, mortalidad y economía. Estas comunidades también están siendo vacunadas en tasas desproporcionadamente bajas.


Los expertos aconsejan a la actual administración estadounidense a multiplicar los esfuerzos de vacunación. Según ellos, es el momento de la solidaridad y el apoyo, especialmente con los más vulnerables.


También recomiendan desarrollar en este momento estrategias a largo plazo, para vencer los problemas de salud que enfrenta el país.


Hay que recordar que, cuanto mayor sea la proporción de población vacunada, menor será la probabilidad de que en una temporada como el próximo otoño o invierno se produzca un aumento significativo, según afirmó el Dr. Anthony Fauci, asesor médico de la Casa Blanca.


¿Es posible aspirar a una curación de la sociedad estadounidense tras la pandemia?


¿Se pueden cerrar las crecientes brechas de desigualdad que separan a las comunidades de color con bajos ingresos del resto de Estados Unidos?


Una sorpresa anunciada



Manuel Pastor, profesor distinguido de Sociología y Estudios Americanos y Etnicidad y Cátedra Turpanjian de Sociedad Civil y Cambio Social, Universidad del Sur de California, dice que se sabía desde el principio de la pandemia que el COVID iba a afectar más a los negros, latinos y otras comunidades de color. “Los valles de desigualdad que existían antes de COVID-19, se han inundado con el tsunami de la enfermedad”, afirma.


También recuerda que el coronavirus ha afectado a las comunidades de inmigrantes en general, así como a los trabajadores esenciales, en su mayoría miembros de comunidades de minorías raciales. “Su trabajo es tratado como si fuera desechable”, lamenta.



Foto referencial - Nandhu Kumar / Pexels


En general, estos grupos vulnerables perdieron sus empleos o no tuvieron la opción de trabajar desde casa. Los afectados incluyen a los trabajadores esenciales por hora, a quienes no disponen de internet o de teléfonos inteligentes, o a quienes no poseen un automóvil.


Viejas disparidades en el sistema de atención sanitaria, vulnerabilidad en los ingresos y en el empleo, empeoraron la situación.Ante este panorama, al experto no le sorprende que las desigualdades hayan permeado también el acceso a las vacunas.


Ejemplifica relatando que, en el condado de Los Ángeles, el 13% de los niños blancos que cursan desde jardín de infantes hasta secundaria, no poseen una computadora con Internet de alta velocidad. Sin embargo, entre menores negros y latinos la cifra trepa hasta rondar 40%.


“Mientras emergemos de esto, imaginemos a la gente que sale y ve que el mundo cambió, como en las películas de zombies. Se perdió ingreso, se perdieron empleos”, dice. Y agrega: “Necesitamos hablar de esto”.


Considera que enfrentamos una “micro recesión”, donde los mercados de valores y las propiedades suben, mientras las personas de ingresos elevados han mantenido su situación. Sin embargo, quienes están en posición más desventajosa sí han sido golpeados.


Otra arista es que las familias de estatus migratorio mixto estuvieron excluidas de los fondos federales de alivio, un hecho que se corrigió con la aprobación de la Ley de Ayuda Estadounidense. Sin embargo, muchos temen que el acceder a estos fondos les afecten sus trámites migratorios.


Revela también que la gente que regresa a la escuela es poca. “Están afectados, tienen miedo de enviar a sus hijos a un lugar donde se pueden infectar”.


El profesor Pastor cree que los programas de asistencia deben incluir también a los indocumentados y adicionalmente espera que el gobierno preste atención a la difícil situación de numerosas personas y ponga en marcha medidas de asistencia para ayudarlas.


“Necesitan ayuda, especialmente las familias afectadas por el desempleo”, clama el catedrático.



Racismo, otra pandemia



Leslie Johnson es Vicepresidenta de Desarrollo Organizativo de Community Coalition. Su área geográfica de labor como profesional es el sur de Los Ángeles, justamente una de las más impactadas por el virus y sus consecuencias.


Se trata de una comunidad desfavorecida y afectada desde antes que, como muchas otra similares, ha resentido con mayor fuerza el impacto de lo que sucede. Por ello, la especialista sentenció que el racismo es la verdadera pandemia.


Ejemplifica explicando que todas las personas tienen la misma oportunidad de recibir la vacuna, siempre y cuando tengan una computadora para programar la cita, un Internet de alta velocidad, un de trabajo que les permita tomar tres horas libres a mitad del día para ir a ponerse la vacuna y adicionalmente ir en su propio vehículo, en lugar de usar transporte público.


Según ella, hay que exigir soluciones audaces y sistémicas que aborden las causas profundas y lo desarraiguen.


Johnson dijo que las minorías étnicas no sólo necesitan artículos de prevención personal, sino además apoyo financiero, incluyendo la ayuda financiera de las organizaciones sociales, la ayuda para vivienda, empleo juvenil, equipos de computación e internet para los estudiantes´ e igualdad para la mujer. “Al mismo tiempo, se necesitan más vacunas para controlar el virus aquí, para que la economía pueda reiniciarse y mejorar”, alerta.


Como parte de los paquetes de alivio, los Ángeles recibirá cerca de $1.3 mil millones del gobierno federal.


Community Coalition creó un proyecto denominad “Make Los Angeles Whole”, el cual contempla préstamos a mujeres propietarias de negocios, ayuda a las personas con pagos de alquiler e hipotecas y servicios públicos, y da oportunidades de empleo para jóvenes.


También el gobierno de California decidió recientemente destinar el 40% de las vacunas al 25% de las comunidades con las peores situaciones, basándose en el Índice de Lugares saludables de estado.


Community Coalition también aporta con sus llamado Círculos de Sanación, con los cuales realizan diversas actividades incluso en coordinación con autoridades. La activista está segura de que esta iniciativa puede ayudar a sanar la ira y el estrés, tan presente en las comunidades mencionadas.


“Las comunidades seguras no tienen policías patrullando, lo que tienen es recursos a mano”, concluye Johnson.





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