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Vacuna versus nueva cepa: ¿quién ganará la batalla del COVID-19?

Actualizado: 28 mar 2021

El presidente Joe Biden anunció el pasado 11 de marzo que todos los niveles de distribución de vacunas se cubrirían, lo que permitiría el acceso a las mismas a cualquier persona mayor de 18 años en los EE.UU.


La nueva administración alcanzó su meta de los 100 millones de vacunas en el día 58; por lo cual subió la meta para el día 100 a 200 millones de vacunados.


Sin embargo, la distribución de las vacunas ha seguido encontrando cuellos de botella, desde disponibilidad limitada hasta problemas en el acceso a la misma; pasando por las dudas que tiene mucha gente sobre sus posibles efectos secundarios.



Foto referencial - Anna Shvets / Pexels


Además, el acceso limitado a internet de algunas comunidades vulnerables, ha limitado el acceso a la vacuna a muchos que la necesitan.


Mientras tanto, una variante o mutación, conocida como la B117 del Reino Unido, más contagiosa y virulenta que su predecesora, podría convertirse en la cepa dominante en

verano.


¿Podrá Estados Unidos alcanzar la inmunidad de rebaño antes de que la B117 se expanda más?



¿Cómo ganamos la carrera?


El doctor Nirav Shah, profesor adjunto de medicina en el área de Atención Primaria y Salud de la Población en la Universidad de Stanford, alaba como un “hito” los logros de vacunación hasta el momento en Estados Unidos; pero ataja: “No podemos celebrar todavía”.


Y agrega: “Mientras más partículas de virus hay, más probabilidades de que una partícula pueda ser diferente. Cuando hay muchos virus y muchos infectados, es más probable que suceda”.


El esfuerzo actual se trata de qué tan rápido se protege a la gente, versus el nivel de enfermedad de la comunidad y qué tanta transmisión existe.


Según el especialista, hay cuatro variantes. Y aclara que hay tres niveles de variantes: las de interés, las que pueden preocupar un poco y las que son un peligro real. “Estamos tratando de no bautizarlas por el lugar de origen”, apunta.


Del primer grupo, el CDC está chequeando tres. “La variante P2 no sabemos qué tan letal es, cómo se transmite o si los que recibieron la vacuna son inmunes a ella”.


Luego está la variante de preocupación. Esta puede crear una enfermedad más severa. Quienes tuvieron una variante de COVID podrían ser infectados con la nueva. Hay 5 de estas variantes en estudio actualmente. Podrían incrementar la mortalidad en 50% a 70%. Y las vacunas actuales podrían no ser totalmente efectivas para todas estas variantes.


En el siguiente nivel está la variante de alta consecuencia, pero hasta ahora no hay ninguna de este tipo.


Shah enfatiza: “Tenemos que hacer que la gente esté vacunada lo más pronto posible para ganar esta carrera”. Y agrega: “Estamos buscando vacunas multivalentes, este es el nuevo enfoque”.


Para lograr la inmunidad de rebaño, 50% a 70% de la gente debe ser resistente a las cepas que ya existen. Por eso, el doctor ve como un problema que más de 12 estados hayan relajado el uso de la mascarilla. “Es la medida que funciona”, recalca.


También lamenta que se ha ignorado a la gente muy mayor, que no ha podido ir a su cita de vacuna. Muchos incluso no han podido registrarse para recibirla.


“El virus sobrevivirá en la gente que no esté vacunada. Y pueden aparecer nuevas variantes. Por eso hay que pensar con criterio de vacunar a todo el mundo”.


La vacuna de Johnson & Johnson


El doctor Dali Fan es profesor clínico de Ciencias de la Salud de UC Davis. Según sus datos clínicos, se puede ver que la vacuna de Johnson y Johnson alcanza hasta un 100% de efectividad a los 49 días de aplicada contra el contagio severo de COVID-19, mientras presenta bajos efectos secundarios severos: apenas 0,4%.


Entre sus ventajas, destaca que es una sola dosis y que los rangos de refrigeración están entre los 2 y 8 grados centígrados.


Por todo esto es perfecta para puntos móviles de vacunación, para lugares donde no se pueda cumplir con medidas estrictas de refrigeración; así como para poblaciones con movilidad, donde se haga difícil suministrar dos dosis. También se reduce el riesgo de que los pacientes no regresen por la segunda vacuna.


Insiste en que las 3 vacunas –Pfizer, BioNTech y J&J– son efectivas, en un rango de 65% a 95% y reducen la hospitalización en un rango aproximado de 89% y ningún individuo vacunado ha fallecido por causa de ellas. “La mejor vacuna es la que usted se pueda poner”, concluye.


Venciendo la brecha digital


Al doctor Daniel Turner Lloveras, miembro fundador de la Coalición Latina contra

COVID-19, le preocupa lo que denomina “la brecha digital”.


Según él, la falta de acceso a tecnología, en tiempos cuando se ha pasado de lo presencial a lo virtual, ha demostrado que muchos no saben cómo hacerlo. Es el caso de la educación.


Afirma que “Personas negras y latinas tienen menor acceso a internet. En estos momentos, este es un tema de derechos civiles, ya que muchos recursos que se están ofreciendo, se tramitan en línea: por desempleo, por discapacidad, por comida”.


Por eso, se está dejando fuera a las minorías en esta carrera por recibir la vacuna. “42% de la nación tiene 65 años o más, ese es el grupo que necesitamos vacunar y no esta conectado a los recursos disponibles por internet”, lamenta Turner-Lloveras.


Antes de la pandemia, 57% de las familias latinas tenían computadora, mientras la cifra ascendía a 82% entre blancos. “Esta es una gran barrera al acceso a la salud”, para el especialista.


Por eso crearon el programa digital “Compañero”, en el cual personal voluntario bilingüe se pone en contacto telefónico o vía Whatsapp con latinos, especialmente con los mayores, que no saben cómo entrar en línea.


“Queremos enseñarles las habilidades para que puedan inscribirse para la vacuna. Esto los puede ayudar incluso para encontrar posteriormente un trabajo” adelanta.


“A veces no sabemos si quienes no se la han puesto es por barreras al acceso, o porque no quieren ponérsela. También estamos trabajando en responder preguntas y deshacernos de rumores”.


Hay grupos que están haciendo esto en persona, en lugares como Philadelphia. Se está llevando a la gente a lugares en los que confían, como las iglesias. Esto permitiría incrementar la cantidad de gente vacunada, para poder llegar a la ansiada inmunidad de rebaño.


“Volver a la vida normal dependerá de que la gente reciba las vacunas. Según el ex presidente Trump dependía de los condados, pero todo ha estado bastante roto, desconectado. Algunos lo hacen muy bien, otros no tanto”, explica Turner-Lloveras.


“Sería de gran ayuda si todos compartiéramos estrategias en cuanto a recursos que funcionan mejor, porque la ventana de tiempo que tenemos es muy pequeña”.


Un caso de éxito


La doctora Kim Rhoads, profesora asociada de Epidemiología y Bioestadística en la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Francisco. Según ella, “La prioridad para salir de esta pandemia es dar servicio en nombre de la salud pública”.


Hay unas 30 organizaciones trabajando interconectadas en esto, bajo el nombre “Umoja”, que significa "unidad" en lengua swahili. Agrega que “Nos concentramos en evaluación y respuesta en la comunidad, tratando de involucrarlas”.


Uno de los mayores obstáculos a vencer, es que hay gente negra que no confía en las instituciones de salud pública. “Debemos responder de manera adecuada a estos comportamientos, porque depende de quién te ofrezca un servicio en particular”, aconseja Rhoads.


Hicieron un equipo de bienestar de la comunidad, cada día preguntaban por sus necesidades para que se mantuvieran en casa y no salieran. Así se logró romper la cadena de transmisión. “Las personas que se quedaron en casa no se afectaron”, afirma.


“Hicimos un lugar de evaluación en masa. De 400 residentes evaluados, no hubo ninguno positivo. Eso es algo bueno, cuando tuvimos tasas de infección tan alta en lugares como San Francisco”.


En Oakland (California) han trabajado con gente local que va puerta a puerta, haciendo preguntas sobre COVID. “El Departamento de Salud de Alameda dice que hemos ayudado mucho, porque 60% de los participantes afroamericanos sabían muy poco sobre el virus”, concluye Rhoads.

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